El agua inundó la cama, estaba harta de tanta indiferencia, de ver pasar la vida, de aparentar, de sonreír, de parecer, de estar sentada, de estar parada, de hablar, de callar, de caminar, de intentar correr, de cerrar los ojos, de mantenerlos abiertos, de esperar, de ser tolerante, de ser impaciente, de rezar, de maldecir, de provocar, de quedarme estática, de pensar, de pensar...sólo me faltaba sentir, sólo eso y eso era lo único que no podía hacer libremente, era lo único que no podía compartir, ¿qué más?